MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

domingo, 11 de febrero de 2018

DE VUELTA DE BLAGNAC



El frío y la nieve ha enmarcado mi tercera visita a esta pequeña y próspera ciudad aledaña a Toulouse como profesor acompañante de un grupo de alumnos en intercambio lingüístico. Sustituía a una compañera enferma, y en Blagnac me reencontré con la prof. Marina Membrado, siempre extremadamente competente en su organización del intercambio en la parte francesa, y su amable directora, Mme Étienne. La ciudad de ladrillos bajos conserva aún cierto número de adornos de Navidad, como a la espera de un Día de la Marmota, que allí no sería demasiado apercibido. La gente es discreta, y amable, como si no quisierancausar excesivas molestias al tiempo que pasa, y a los gatos que puntúan las calles en sus deshabitadas tardes. Las bibliotecas, auditorios, parques y lagos hablan de la prosperidad de una ciudad de 25.000 habitantes dependiente del cercano complejo de Airbus. Así, son aviadores los que dan allí nombre a los colegios, y aviones y su historia los que son objetos de museos, como en un sueño del futurismo marinettista. Todo intenta conservarse, pues, para el futuro, el espejo borroso del presente, del que no podemos barruntar nada sino a través de las flechas precarias que lanzamos hacia su abismático horizonte.















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